miércoles, 9 de diciembre de 2009

Recuerdos



Frío, y con el frío llegan los recuerdos.
He podido comprobar que se recuerda más en invierno, es algo imposible de evitar…parece que lo necesitaramos para no morir de frío...todos lo hacemos, y quien lo niegue, miente.
Los recuerdos son calidos, sean buenos o malos.
Los buenos, nos llenan la cabeza y los pensamientos de placer, de melancolia caliente e incluso nos llenan los ojos de lagrimas que arden.
Los malos te presionan la cabeza de una manera horrible, te aceleran el corazón y te hacen sudar, recordando aquel agobio que sentías en el momento de la escena que recuerdas en tu mente.

Cuando somos nosotros los que estamos calientes no necesitamos los recuerdos para nada, porque en ese caso nos enfriarían. En ese momento, unicamente pensamos en vivir; sentimos tanto calor que no recordamos, y vivimos hasta alcanzar una especie de muerte-resurrección.
Ese momento tan solo servirá como recuerdo caliente para los inviernos venideros.